Con un sobresalto se despertó en su casa. Una pesadilla, pensó, pero tan real. Apenas habían transcurrido 5 minutos desde que creyó haber salido por la puerta. Se dirigió al cuarto de baño y se miró al espejo. "¡Pero qué pelos llevo!" "¿Siempre he sido tan feo?" y dicho esto, soltó una fuerte carcajada. Se echó un poco de agua en la cara para despejarse, ya no tenía sueño. Volvió a mirarse en el espejo, ya un poco más decente. Era un hombre atractivo, un chico más bien, veinti pocos tenía en aquella época. En la cara predominaban dos ojos azules que contrastaban fuertemente con el pelo negro, largo, que le llegaba a estos. "Ya es hora de volver a la cama" pensó. Se giró y dio la espalda al espejo, saliendo de esta manera de la pequeña habitación. Era un chico robusto, bastante musculado con una espalda ancha. Esa noche, aparte de lo normal, también tenía un profundo moratón que se extendía desde la parte más alta de la espalda hasta la nuca, ocultando el resto su pelo. Uno bastante negro. ¿De qué sería? De todos modos él nunca lo llegó a ver, pues no solía mirarse la espalda en el espejo y en invierno siempre llebaba jerseis de cuello alto. Todo quedó en aquella extraña pesadilla que no tuvo final, una pesadilla que se perdió en el olvido de este chico. Una mujer repleta de dolor que yacía perdida en aquel bosque extraño.
sábado, 3 de agosto de 2013
Volvemos a hablar de bosques...
Era una noche de invierno en aquellas tierras lejanas. Se encontraba mi solitario compañero cruzando un frío bosque de altos árboles cuando una tanda de fuertes vientos atizó los mismos. Una bandada de pájaros salió volando, a toda prisa, huyendo de algo. Eran cuervos. Un sonido hueco se escuchó a lo lejos. Nuestro amigo entró en estado de terror por unos momentos, claro que, el paisaje no ayudaba en ninguno de los sentidos a lo contrario. Luces, una serie de luces empezaron a parpadear en la lejanía. Luces verdes, rojas, azules, blancas. La última le cegó a pesar de la distancia a la que se encontrarían. Pero él era un hombre relativamente valiente y a pesar de lo ocurrido, prosiguió su camino. Era una noche repleta de estrellas, con una luna muy, muy fina. De nuevo, un grito de inmenso dolor desgarró el frágil silencio. Según lo escuchado por mi compañero, provenía de una garganta femenina. En esos momentos, en la oscura noche, no dudó en equiparse con su machete, preparado para las posibles sorpresas. Con aire justiciero pero aún pálido y temblando fue en busca de aquel grito. No podría decir el lugar exacto desde donde se produjo el mismo, pero sí la dirección, la misma de la que provenieron aquellas extrañas luces. Un metro, 5, 10, 50, 100... Recibió un fuerte golpe en la nuca que le produjo un grandísimo dolor.
Con un sobresalto se despertó en su casa. Una pesadilla, pensó, pero tan real. Apenas habían transcurrido 5 minutos desde que creyó haber salido por la puerta. Se dirigió al cuarto de baño y se miró al espejo. "¡Pero qué pelos llevo!" "¿Siempre he sido tan feo?" y dicho esto, soltó una fuerte carcajada. Se echó un poco de agua en la cara para despejarse, ya no tenía sueño. Volvió a mirarse en el espejo, ya un poco más decente. Era un hombre atractivo, un chico más bien, veinti pocos tenía en aquella época. En la cara predominaban dos ojos azules que contrastaban fuertemente con el pelo negro, largo, que le llegaba a estos. "Ya es hora de volver a la cama" pensó. Se giró y dio la espalda al espejo, saliendo de esta manera de la pequeña habitación. Era un chico robusto, bastante musculado con una espalda ancha. Esa noche, aparte de lo normal, también tenía un profundo moratón que se extendía desde la parte más alta de la espalda hasta la nuca, ocultando el resto su pelo. Uno bastante negro. ¿De qué sería? De todos modos él nunca lo llegó a ver, pues no solía mirarse la espalda en el espejo y en invierno siempre llebaba jerseis de cuello alto. Todo quedó en aquella extraña pesadilla que no tuvo final, una pesadilla que se perdió en el olvido de este chico. Una mujer repleta de dolor que yacía perdida en aquel bosque extraño.
Con un sobresalto se despertó en su casa. Una pesadilla, pensó, pero tan real. Apenas habían transcurrido 5 minutos desde que creyó haber salido por la puerta. Se dirigió al cuarto de baño y se miró al espejo. "¡Pero qué pelos llevo!" "¿Siempre he sido tan feo?" y dicho esto, soltó una fuerte carcajada. Se echó un poco de agua en la cara para despejarse, ya no tenía sueño. Volvió a mirarse en el espejo, ya un poco más decente. Era un hombre atractivo, un chico más bien, veinti pocos tenía en aquella época. En la cara predominaban dos ojos azules que contrastaban fuertemente con el pelo negro, largo, que le llegaba a estos. "Ya es hora de volver a la cama" pensó. Se giró y dio la espalda al espejo, saliendo de esta manera de la pequeña habitación. Era un chico robusto, bastante musculado con una espalda ancha. Esa noche, aparte de lo normal, también tenía un profundo moratón que se extendía desde la parte más alta de la espalda hasta la nuca, ocultando el resto su pelo. Uno bastante negro. ¿De qué sería? De todos modos él nunca lo llegó a ver, pues no solía mirarse la espalda en el espejo y en invierno siempre llebaba jerseis de cuello alto. Todo quedó en aquella extraña pesadilla que no tuvo final, una pesadilla que se perdió en el olvido de este chico. Una mujer repleta de dolor que yacía perdida en aquel bosque extraño.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Entradas populares
-
Esta película, en mi oponión, es la mejor que seha hecho nunca, tiene su parte de amor, su parte de acción, pero lo más importante, tiene un...
-
Eso es el ser por el ser, y no el ser por el por qué del cómo.
-
Compañero de caminos, mira en la lejanía, ¿ves lo que yo veo, en este nuestro sino? ¿ves lo que yo veo, en esta alma mía? Observa las ala...
-
Ave en tinta, vuela vuela, lejos en cielo, avanzando al horizonte, incansable. Vuela vuela, a través del bosque frondoso y oscuro, entre zar...
-
Aquí, vuelves tú, mirando por la ventana de la horca. Ves nubes, pájaros, risas; y las escuchas. Aquí, vuelves tú, mirando por la ventana d...
-
Rumiantes, bípedos y cambiantes que lo hacen, lo olvidan y lo hacen. No saben, no recuerdan lo que saben, de este mundo infame. Se levantan ...
-
Recuerdo aquellos días que no vivimos, que nos faltaron por vivir. Recuerdo las historias que escribías, y me leías. Recuerdo las tardes e...
-
No eres lo que eres. Eres ilusión, eres mentira, eres maldición. Eres aquel día que sin ton ni son acaba y da vida a un eterno dolor....
-
No sé de qué hablar, no sé de qué escribir. Quiero escribir sobre todo, Pero no tengo tiempo. Quiero escribir sobre ti, Y sobre...
-
Pequeño amigo, andas solo por el camino de una sola dirección. Rodeado de oscuridad, a la derecha, a la izquierda; sigues hacia delante a pe...
No hay comentarios:
Publicar un comentario