domingo, 30 de junio de 2013

La rosa...

Y eres una rosa,
con espinas,
pero preciosa.

Aquellos entes de allende.

Paredes blancas
que esperan ser dibujadas,
y observadas.

Personas inútiles
que esperan ser útiles
y luces.

Que lideran rebaños
de ovejas sin mente
que sin ensayos,
yacen, inertes.

Lacayos,
débiles y fuertes
que perecen,
dando muerte,
siendo entes,
latentes,
en el presente.
¿Cuál es este?
Este es mi ente
de juguete,
que vaga latente
en mi mente.
Ponte las lentes
y que no te tienten
pues son entes
fuertes
e inteligentes.
Son seres
que te mienten
y te sienten,
y te lleven
para allende,
los mequetrefes
con suerte.

viernes, 28 de junio de 2013

Y todos hemos nacido,
con el fin primero de morir.
Todo empieza,
y todo acaba,
un plumazo,
una bala.
Somos algo?
O somos nada?
en este mundo,
de orcos y hadas.
Unos protegen,
muchos atacan.
Este es el odio,
bajo la cama.
Los monstruos y miedos,
que amenazan,
sin compasión ni respeto,
y te matan.

jueves, 27 de junio de 2013

El chico oscuro

La oscuridad se cernía en él poco a poco. Las sombras se le empezaron a acercar, primero lo empezaron a acariciar con suaves y frágiles dedos, más tarde, zarzas subían por las piernas, enrollándole, atándole al suelo, impidiéndole escapar.
Lo peor era que el chico tampoco quería escapar. Cuando vio el primer indicio de maldad, se rindió. Sabía que había llegado su hora. No quería evitarlo.
El chico, con dos esmeraldas en la cara, siempre había luchado, siempre se había antepuesto a la sociedad, siempre la había superado.
Y cayó, inerte, como un cuerpo ya sin vida en la alfombra de la habitación. Era ya demasiado tarde para pedir perdón, nadie le escucharía...
-Lo siento- Dos palabras que, aunque débilmente, lograron atravesar los labios de aquel...

El chico que se aficionó a matar.

La rabia fue creciendo dentro de mi pecho, entre fluctuaciones de compasión y humanidad.
La rabia, la ira, la furia.
No podía aguantarlo más, me acerqué a la cocina, cogí el cuchillo, el mismo con el que un día me saqué sangre a mí mismo, y lo maté.
Me divertía ver como la sangre, roja, muy oscura, salía sin parar a borbotones del cuello de mi víctima.
Una apuñalada, y otra, y otra, pude llegar a contar 50, al menos. Ella ya había muerto, pero seguí apuñalándola. Cada día de rabia desembocaba en un nuevo agujero rojizo en su cuerpo, ya no salía apenas sangre. Las lágrimas me empezaron a caer, al compas de los golpes, y caían sobre ella, se entremezclaban entre la sangre y se perdían. Eso me enseñó que la ira siempre gana a la compasión, a la humanidad, la ira (la sangre) había absorvido todas mis lágrimas (la humanidad), ya no me quedaba ninguna, y volví a matar.

miércoles, 26 de junio de 2013

Una mirada basta para coger odio a alguien. Una mirada para enamorar. Una mirada para dejarte pensativo, de por vida. Una mirada para ponerte al desnudo. Una mirada para despedirse. Una mirada para morir. Una mirada con ojos, verdes, que te dicen "Hola".

Escribamos...

Escribamos con fuego en nuestros corazones.
Escribamos con tinta en nuestros folios.
Escribamos con palabras en las mentes ajenas.
Escribamos con tinta en las paredes de nuestras almas.

Nosotros, los pobladores de este planeta, ¿que somos si no hacemos nada?
si nacemos y nos vamos tal que así ¿qué cambió? ¿Que provocó nuestra estancia en él?
¿Si no hubiéramos nacido, habría cambiado algo o, mejor dicho, seguiría todo igual?
No somos nada, no somos nadie, pues no hicimos nada. No influimos nada, si no nos lo proponemos.
Y si no nos lo proponemos, podríamos no haber nacido. Somos "prescindibles". Prescindibles o, si acaso, negativos. Muchos, la mayoría de nosotros, podríamos no haber nacido, y no habría cambiado nada, pues no nos proponemos cambiar nada.

domingo, 23 de junio de 2013

Y nosotros, los humanos, "los tontos del pueblo" refiriéndonos a las especies del mundo.
Los humanos que, con un uso relativo de la conciencia, del pensamiento, nos destruimos entre nosotros.
Somos aquellos que nos destruimos, una y otra vez, renaciendo de nuestras cenizas como cual fénix.
Este, que cada vez que lleva cierto tiempo en esta tierra, se autodestruye, al igual que nosotros, entre llamas, renaciendo más tarde de sus propias cenizas. Eso hacemos, destruirnos; entre llamas, entre armas de fuego, entre puñetazos y patadas; y renacer, para podernos volver a destruir. Nosotros, con uso de razón, sabiendo que nos estamos destruyendo, que nos destruiremos, lo hacemos, seguimos ese camino, sin querer cambiar, sin querer salir de ese camino en forma de círculo, que nos impide avanzar.
Inútiles. Idiotas.
Y no somos más que frágiles y débiles cuerpos, almas si eso encerradas en ellos.
Cuerpos que, con un simple golpe, pueden desvanecerse.
Cuerpos que, con una llama, pueden evaporarse.
Cuerpos que, de una caída, se esparcen.
Almas alterables en un cambio continuo, almas que, con un cambio demasiado brusco, o con la ausencia de ellos, desaparecen, se apagan, apagando también el cuerpo que habitan, destruyendo todo a su paso, en su proceso de autodestrucción.

miércoles, 19 de junio de 2013

Frase del día.

A lo único que se le debe tener miedo es al propio miedo.

El levantar de los metales. (Parte I. Presentaciones.)

Todos ellos yacen, uno sobre otro, en grandes montones. Montañas de robots desactivados. Robots de todas las edades, de todos los tamaños, razas y colores. A estas alturas de la historia, con la ciencia y la tecnología ya tan avanzadas, no se pueden distinguir humanos y humanoides tan solo viéndolos por fuera.

Los robots son más fuertes, más resistentes si se les incorporan las piezas adecuadas. Por ello nos condicionan desde nuestros nacimientos; en las escuelas, los medios de comunicación, carteles en las calles...; a cambiarlos frecuentemente, para que no se adapten demasiado a la vida humana y tengan ideas de rebelión. Nos obligan a tirarlos al más mínimo error, aunque sigan funcionando, ya que no podemos arreglar nada debido a las leyes instauradas por Nuevo Régimen.

Yo soy Mecánico, aquel último de mi gremio, aquel que repara las máquinas, aquel que crea y mejora, aquel que se mantiene en las sombras.

La mayoría de la población los tira paralizándolos, sin saber así que, aunque no puedan hablar ni moverse, siguen oyendo, viendo, sintiendo. Les condenan a una vida inmortal, a una prisión en un vertedero, junto a otros millares de robots paralizados. Simplemente pulsan el botón de "apagado" y los abandonan, creyendo que de esa manera los apagan realmente, pero no es así, para ello hay que destrozar su disco duro, cosa que no hacen ni deberían hacer, porque se denominaría asesinato.

Después de ver esta escena, habiendo sido criado por otros Mecánicos (en especial mi abuelo), sin condicionamiento, afecta. ¿La primera imagen que atravesó mi aún inocente pero no condicionada lógica? Rebelión, guerra, venganza, devastación, cadáveres, muerte, dolor.
Atacar a Nuevo Régimen con la fuerza del odio acumulado por los robots durante meses, años, algunos de ellos llevarían acumulándolo desde haría ya un par de décadas, cuando se empezaron a comercializar.
Mi plan era repararlos, uno por uno. Mejorarlos, equiparlos para la guerra con armas caseras, tenía todas las herramientas que quisiera en el gremio.
Poco a poco, se fue convirtiendo en mi propia venganza. Y en parte así lo era, pues sufría cuando veía aquel dolor, aunque no fuese mío. Además, no podía manifestar mis pensamientos, mis ideales, pues a la más mínima te decapitaban. Algunas veces, aunque no muchas, alguien se "desvanecía", no se volvía a saber nada de él, pero a las personas de su alrededor parecía no afectarle, es más, una vez desaparecida, nadie lo recordaba, no fichaba en ninguna parte, simplemente era como si no hubiese nacido. Condicionamiento.

Nuevo Régimen destruyó la sociedad.
Nuevo Régimen no pensó en mí.
Nuevo Régimen recaerá en las cenizas, poco a poco, con la misma velocidad con la que surgió de ellas.

Knowledge is free

We are anonymous
We are legion
We don't forget
We don't forgive
Expect us

martes, 18 de junio de 2013

Hola, decían unos, en sus idas y venidas por el muelle.
Adios, decían unos en sus dias y noches en el campo.
Buenas tardes monseñor, que tal está su hijo julio?
De veras lo pregunta? !Ya es cesar! Tiene prevista su boda para finales de marzo, con la hija de su señoría Bonaparte.
Cuánto me alegro. Yo, por mi parte, partiré a las Indias por un camino distinto, apruebo que la Tierra es redonda. Llevo conmigo a Isaac N., a Charles D. y al explorador Cristobal C. para hacer una expedición de todas las tierras que nos encontremos por el camino. Iremos en naves voladoras, para una mayor eficacia.
Oh, interesante. No sabe cuan es mi admiración hacia usted, Einstein, al ver su valentía. Les deseo lo mejor.


Nos llamamos, unos a otros, con miedo a que nos escuchen.
Pensando en el qué pensarán.
Mirando a donde mirarán.
Adelantándonos a decir, el que dirán.
Adelantando nuestra estupidez a la de los demás.


lunes, 17 de junio de 2013

Soneto sin sílabas, (Suicidio)

El suicidio
por su parte
es un arte
y un martirio
Como un lirio,
sin nada que darte
ni quitarte
lejos del delirio.
Siendo en parte salvación,
siendo, en parte, problema,
siendo, en parte, aflicción.
Siendo, entero, un dilema,
siendo, entero, animadversión,
siendo, en su totalidad, el orgullo en emblema.

Tirada (III)

La sociedad, un bosque
de oscuros y ocultos vicios,
de inesperadas y mutiladas acciones.

Emociones,
que, cada vez menores
y peores,
te asaltan los caminos
como roedores
del bosque.

No se enoje,
pues también hay amores,
amores como soles,
odio como estrellas,
personas como árboles,
con pretensiones;
por todos lados,
agazapados,
desesperados,
por atacarte,
robarte,
y matarte.

Pero bueno,
no seáis malpensados,
que el bosque, bosque es,
y en él nosotros fenecemos.

Atrapados.

jueves, 13 de junio de 2013

Paseo por el bosque.

Era un hermoso día de verano. Decidí ir a dar un paseo a través del bosque, llevaba allí ya un par de meses y todavía no fui a visitarlo.
Era un bosque muy iluminado, predominaban el color marrón anaranjado y el verde claro, casi amarillo. Había muchos árboles, todos repletos de hojas de todos los tamaños, formas y tonalidades. Era un bosque realmente hermoso. De vez en cuando escuchabas el crujir de las hojas secas caídas en el suelo cuando pasaba una liebre o escuchabas el piar de los pájaros.
Con el paso del rato, llegué a las puertas de una casa de madera. Era muy pequeñita y tenía solo una habitación; y a pesar de estar en medio del campo, con animales y plantas, parecía acabada de construir. Era muy bonita.
Unos momentos más tarde, me vi siguiendo unas huellas, de oso, me aventuraría a decir.
Pasé unos arbustos de colores otoñales y...
En efecto, una cría de oso se encontraba al otro lado, comiendo de unas hojas amontonadas en una zona. Cuando me vio, vino hacia mí y me empezó a lamer la pierna, realmente, era un osito adorable, parecía de peluche.
En aquel instante, aparecí en un jardín hermoso. Árboles y flores de todas las especies se erigían en él. Cuidado como el que más, pero daba la sensación de que realmente nadie iba a regar y a podar, como si estuviese abandonado y se arreglase por sí solo.
Me encontraba enfrente de un muro, mirándolo, extenso hasta el cielo. Al otro lado se escuchaban voces. Al principio no pude distinguir qué decían, pero con el paso de los segundos, minutos, u horas; no podría decir que tiempo pasé allí; empecé a entender, empecé a percatarme de lo que ocurría.
Primero, el grito desgarrador de una mujer. No decía nada, simplemente transmitía su dolor. Después de  ese chillido, otro, y otro, y otro, hasta acumular una serie de gritos, solapándose unos a otros.
No pude sentir otra sensación, otro sentimiento, que el de frustración, el de tristeza, el de impotencia hacía ellos. Yo me hallaba viviendo en mi lado del muro, feliz, mientras que en el otro lado, el lado que nunca llegaría a ver, lo poblaban gentes tristes.
Me desperté, todo había sido un sueño, nada fue real, no hay jardines que se arreglen por sí solos, no hay casitas de madera en medio de un bosque perfecto, no hay ositos que te laman la pierna, no hay muros extensos hasta el cielo, y, tampoco hay gentes tristes....¿no?

Tirada (II)

He de irme yo, desta soledad,
rehuir de mis adentros,
agazapado de los algún día nacidos.

Pues sin querer ya pasé la edad,
destos años que espero,
cobijarme en otros como cuales asilos.

Pero no, no, no amigo,
esto no funciona así,
que facilidad entonces,
si tan solo con un no o un sí,
pudiésemos cambiar las lunas por los soles,
o los sonidos que oigo,
esos que me aturrullan la cabeza,
que me desesperan y se quedan dentro de mí,
y no salen.
Son temores, temores.

miércoles, 12 de junio de 2013

Tirada de versos (I)

Quien es quien mira?
Quien mira es quien ataca,
quien observa, cambia y relata,
quien cuenta mis dichas.
Es quien asalta.
Cuidado con quien te diga,
pues quien te odie y te siga,
terminará diciendo,
en el peor momento,
¡SALTA! ¡SALTA!

Cuartetos.

I

Y es el amor quien profana mi tristeza
quien rompe y alborota mi vida aislada
llega humano y animal y desbarata,
sale al sol, me corresponde y alegra.


II

Carretera con curvas, pues no es recta.
Carretera que no es recta, ni baja, ni plana.
Como un árbol con hojas que emana.
Árbol que, solo, yace en su carretera.

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