lunes, 3 de septiembre de 2012

La oscuridad

Todos, en algún momento nos sumimos en una oscuridad negra de la que no se puede salir nunca, solo puedes sumirte mas y mas, hasta perder de vista la salida, la luz. Entonces empiezas a oir al duendecillo (la salvación, piensas) que te tienta al suicidio...tienta....tienta....pero, claro, todavia es demasiado pronto, no hay que dejarse derrotar tan facilmente.

A medida que te sumes en la oscuridad, el duende brilla más y más, su brazo empieza a mutar, primero empieza a hacerse más pequeño, casi plano, un parpadeo, su color va cambiando, ha adoptado una tonalidad grisácea, casi plateada, y, por extraño que parezca en este mundo de locos , el duende ha desaparecido, solo deja una cuchilla, una cuchilla afilada e impoluta, no puedes resistirte, es demasiado para una persona sumida en la oscuridad...es demasiado...y en un momento de locura y tristeza extremas te encuentras con la cuchilla en la mano, la última lágrima recorriendo la suave mejilla, ya no habrá mas lloros, ya no habrá más enfados, ya no habrá más tristeza en esos ojos...


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