Aguardo la llegada de la línea 7 sentado en los bancos del metro. Son bastante incómodos, de plástico rojo y, en gran medida, rotos y con agujeros. Las paredes de la estación están empapeladas con dos grandes mapas de la ciudad y los recorridos del metro y el tren; pero de estos poco se puede sacar en claro, pues están cubiertos con pintadas a spray de nombres de bandas en azul y negro.
Veo a la gente subir a los vagones para, horas más tarde, bajarse de ellos.
Todos los días, el mismo hombre, de unos treinta y cinco años, de pelo castaño y traje y maletín grises, corre entre la multitud a la caza de su línea 4, a las ocho de la mañana. Siempre me despierta de mi pesado aburrimiento gritando a la multitud: '¡Apártese!' '¡Mire por dónde anda!' '¿Es que no me ve? ¡Tengo prisa!' Y vuelta a empezar. Suele perder su hora, momento en el que empieza a maldecir a todos a su alrededor.
También hay una señora de tez oscura y pelo rizado y negro que va acompañada de un niño, de unos 4 años. Ella está en los huesos, parece desmoronarse en cualquier momento tras su sonrisa melancólica. '¡Vamos, George! Ya sabes como es la señora y, si nos retrasamos, se transformará en un gran monstruo y nos comerá de un bocado.' Suele decir, mientras pellizca la tripa del chico. Él siempre se ríe y acelera el paso, hacia la línea 2, de las once en punto.
Sobre las seis y media, llega la línea 7. Mi hijo monta en ella, a veces junto a una chica de pelo castaño claro y grandes ojos verdes. Nunca me ve, nunca ve las mantas bajo las que duermo, la maleta que guardo bajo los asientos rojos y los cartones que tengo tras de mí. Nunca ve las lágrimas escapar de mis ojos cansados, lavados en el aseo de la estación; recuerdos de la sangre de mi sangre, y de como un día se fue sin decir palabra, para no volver.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Entradas populares
-
Hay muchos sentimientos, celos, venganza, amor, dolor, amistad, orgullo... Y solo hay uno que sea capaz de sublevar a los demás. ¿Cuál...
-
Qué bonito. Qué bonito y que dañino ese sentimiento que siento en el fondo de mi corazón. ¡Ay! Pero qué bonito.
-
Aquí yace el dolor que ya no siento entre jactadas risas serias en un cementerio de mentiras medias y enteras verdades cuando miento....
-
Esta película, en mi oponión, es la mejor que seha hecho nunca, tiene su parte de amor, su parte de acción, pero lo más importante, tiene un...
-
Sentir cómo te vas desmoronando, cómo te vas haciendo polvo, mientras las olas se llevan este, poco a poco, ola a ola, hasta que no queda na...
-
Muchacha destacando sutilmente la viva voz que en su interior guarda sin ella saberlo mi día salva de todos aquellos malvados entes. ¿Q...
-
Hombre de piel de yeso no huyas de mis versos de roble, de madera efímeramente eterna. No huyas cadáver, latente en mis recuerdos, ...
-
De un golpe seco la botella de cerveza, ya vacía, estalló en mis pedazos contra la nuca de su víctima. Esta, ya derribada, cayó con un fuert...
-
Es una reacción química del cerebro, unas segregaciones de unas "sustancias". La naturaleza lo puso ahí con el único fin de que...
-
Este es el alma que galopa a ras de los prados celestes; recogiendo flores, y nubes, en aquel lugar que es la mente. Un viaje libre y s...
Bueno, es un cuento estremecedor más por que por lo que dice por lo que no dice, por lo que está implícito. Me ha parecido realmente muy pero muy bueno. Felicitaciones. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias Amílcar, que pases una buena tarde!
EliminarEstremecedor, se ahogan las palabras en la garganta.
ResponderEliminarUn abrazo.
Una realidad que pocos nos paramos a pensar, a ver. Pero al fin y al cabo, es eso, una realidad.
EliminarGracias y un abrazo.