Estaba yo
sentado en el parque,
en un banco
negro.
Se me acerca un anciano
¡Por favor,
un cigarro!
Tenía arrugas
en las arrugas;
y era feo,
muy feo.
Estaba yo
sentado en el parque,
en un banco
negro,
y un anciano
feo.
El viejo empieza
a hablar
y hablar;
no me importaba
lo que pudiera
o no
pudiera
decir.
Dijo algo de la guerra.
La grande,
no la pequeña.
La grande guerra
que hubo
entre un hombre
sentado
en el parque,
en un banco
negro,
y un anciano
feo.
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