Hay un momento en el que querrías que todo fuese como aquel día. Darías el resto de tu vida por vivirlo una sola vez más, tal y como eran las cosas. Lo vivirías con gusto una vez tras otra, tras otra, tras otra... Ese día del que no cambiarías nada, ese día en el que todo fue perfecto.
domingo, 4 de agosto de 2013
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