domingo, 4 de agosto de 2013

El mar de los perdidos.

Sentir cómo te vas desmoronando, cómo te vas haciendo polvo, mientras las olas se llevan este, poco a poco, ola a ola, hasta que no queda nada de ti.
Ves como esos trocitos minúsculos se van alejando cada vez más, flotando, disueltos en la ola. Llega un momento en que ni siquiera los ves, supones que están ahí, en alguna parte, pero no sabes si ese lugar esta cerca o lejos. Solo sabes que no puedes alargar la mano y recuperarlos, porque no están al alcance de tu vista. Mientras te vas desmoronando en este mar ves como te hundes cada vez más. Llega un momento en el que, haciendo un tremendo esfuerzo, consigues mantener únicamente la nariz sobre el agua para poder seguir respirando. Sabes que en algún momento te terminarás hundiendo pero tienes la vaga esperanza de que por este mar de aguas tranquilas, aunque mortales, pase alguna barca con el fin de ayudarte. Mientras tanto, sigues intentando sobrevivir, a contrareloj, a contrafuerzas...

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