jueves, 17 de julio de 2014

Hasta la Luna, solo ida. (Capítulo tercero)



Capítulo tercero: El sol hoy alumbra más


-¡Bien! ¡Por fin! ¿Menuda partidaza nos ha salido eh? –Él se había levantado de golpe de la silla, cogiéndome por la cintura y enlazándome a su cuerpo con las piernas, pasando mis brazos tras su cuello.

-Sí, estamos hechos unos profesionales. –dije entre risas.

-Eso ni lo dudes pequeña. Ahora sí, no nos vamos a tirar todo el día aquí metidos, ya casi es la hora de comer. -Mientras lo decía me tiró en la cama, debajo suya.

-¿No? Jopé, yo esperaba hacer una guerra de almohadas… -hice notar que no lo decía del todo en serio.

-¿De verdad? –pronunció, algo decepcionado.

-Claro que no tonto, venga, vamos. –Le volví a besar. Sé que en algún momento se cansará.

-Va. -Se levantó y abrió la puerta, esperando a que saliese delante suya. Me gustaba que se comportase como un caballero, ya nadie lo hacía hoy en día.

Vivía en un noveno, así que el ascensor tardó un poco en bajar, pero me dio la mano, y cuando eso ocurría yo perdía la noción del tiempo. Al salir del edificio el sol brillaba fuerte, sin una nube en el cielo.

-El sol hoy alumbra más, ¿no crees?

-No sé, si tú lo dices.

-¡Claro que sí! En realidad cuando salió le advertí que era el cumpleaños de la chica más perfecta, y que debía encenderse mucho, por eso está como está.

-Oh, entonces, gracias Jota. ¡Y gracias Sol¡ -Le grité con las manos alrededor de la boca, como si realmente pudiera escucharme, justo antes de soltar una larga carcajada junto al chico que me acompañaba.

-Te quiero. –me dijo, volviéndome a coger de la mano.

Nos esperaba un día largo.

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