lunes, 16 de junio de 2014

La venganza


Lo primero de todo,debería decir que es un tema complicado.
Tantas personas han perdido sus vidas siendo artífices de la venganza, y tantas otras siendo víctimas de esta. Otras muchas han sido sufridoras indirectas; quedando huérfanas, perdiendo a sus amigos, conocidos...

Es una acción, un sentimiento, a llevar a cabo por la especie humana; hacer justicia, o, al menos, hacer nuestra justicia. Equilibrar los hechos, aunque desde fuera otro individuo pueda pensar que, irónicamente, es injusto; que es un castigo desmesurado para el mal llevado a cabo. La misma naturaleza la emplea, un principio del universo es que cada acción provoca una reacción opuesta e igual. Pero nosotros, al estar vivos, al tener uso de razón y sentimientos, la parte de "igual" la tenemos sujeta al pensamiento del individuo.
Para llevar a cabo la venganza hay que mantener las heridas abiertas, como bien dijo Sir Francis Bacon. Si curas el daño producido ya no harás uso de ella. Por esto mismo, aunque el vengador salga "victorioso" también sale dañado. Debes alargar el mal producido en el tiempo, mantenerlo en mente, ya sea consciente o inconscientemente, para no desviarte del camino. Para quedar en paz debes ahondar y romper la postilla, haciéndola sangrar de nuevo, lo que hace que la herida deje cicatriz, sin desvanecerse nunca del todo. El perdón, por su parte, es la propia cura del daño, desinfectarlo y hacer uso del paso del tiempo. Pero muchas veces esto no es suficiente. Quieres ver al contrario con la misma herida que tú, quieres verle sufrir, quieres ver el dolor a flor de piel. Aunque tu herida se agrave, quieres ver la justicia en la herida del otro.



La venganza nunca es un camino recto. Es un bosque.
Y, como en un bosque, es fácil perderse.
Perderse y olvidar de dónde venías.
--Kill Bill--

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