domingo, 18 de mayo de 2014

La tinta dejó de correr y los ojos se abrieron, como bocas.
La tinta paró, y los trabajadores cesaron.
Ya no se hizo más pan, ya no se fabricaron automóviles, ni se pescaron peces. Ya no se miró más al cielo, ya no se pidieron deseos a las estrellas, ya no hubo silencios, ni conversaciones, ya no se jugaba al pilla-pilla ni al escondite. La oscuridad se hizo eterna, y la luz, no cesó.
Los árboles dejaron de hacer flores, los perros pararon de ladrar, los salmones ya no se volvieron a molestar por subir el río. Los cubos de Rubik permanecieron deshechos y las canciones ya escritas se quedaron en letras sobre un folio, sin producir sonido alguno. Los columpios permanecían quietos, ya no soplaba el viento, ya no salía el sol, ni la luna, ya nadie lloraba, y ya nadie reía.

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