sábado, 3 de mayo de 2014

Estoy en un jardín, sentado a la deriva de las olas del viento. Sobre el barco hecho con las entrañas de mis sentimientos surco este agitado mar, observando a las demás gentes debatirse entre las aguas a mi alrededor.
Estoy solo, solo en un barco hecho de entrañas; y no sé si soy yo, o no lo soy; todo es tan difuso...
Lo que sí sé es que soy persona, sin quererlo. O un sueño blancuzco del que no escaparé hasta morir, un sueño irremediablemente eterno; pero tan real.
La tormenta arrecia, ¡recojan velas! les digo a los marineros de mis pensamientos, colegas de tantos recuerdos creados y tantos recuerdos por crear.

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