jueves, 10 de octubre de 2013

Reflexiones encharcadas

¿Dónde estás, pequeña ramera? Déjate encontrar, sal de las húmedas calles de'sta ciudad oscura. Sé libre cual pájaro enjaulado. Sé tú, sé yo, sé en estos parajes dejados por la mano del estado. Los charcos salpican al pisarlos, ya dejaron mis pantalones mojados. Haces ruido y gritas entre prostíbulos y bares enmugrecidos.

¿Por qué huyes, pequeña ramera? Recuerda aquel presente pasado, en el que no eras siquiera humano. ¿Lo eras, lo eres? Mira la Luna; grande en su bonanza ilustre. No, no, no he de ser yo quien te detenga. Atenta, ¿escuchas los ladridos de esta nuestra patria muerta? Son perros soldado en un mar de cangrejos. Sí, tú eres el pulpo rojo entre bastas rocas grises. Yo soy el mecanismo roto del engranaje desgranado. Yo sé quien somos. Sé tú quien somos.

Cayó el Sol ya por entre los bajos edificios desgastados. Aquellos malvados humanos que un día te insultaron, te negaron el ser tú, el pulpo rojo de largas patas recortadas al que un día....mataron.

2 comentarios:

  1. Me ha encantado,cada vez escribes mejor y eso que aún no has vivido lo suficiente para exprimir el néctar de la vida así que dentro de unos años no me quiero imaginar como llegarás a escribir, estás dejando una estela imborrable.

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