jueves, 31 de octubre de 2013

El alma del prado.

Este es el alma que galopa
a ras de los prados celestes;
recogiendo flores, y nubes,
en aquel lugar que es la mente.

Un viaje libre y sin barreras
entre las altas zarzas verdes,
por los del campo largos caminos,
seres del aire, los que siente.

El alma es feliz en un lugar
en el que nadie le atormente
inundado en olores, viento,
desea ver el tiempo detenerse.

Ya no es alma, ya no es nada,
solo longeva fuerza inerte,
ya no es, ya se fue,
al lugar del ser transparente.

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