viernes, 26 de abril de 2013

Los futuros de ella

Iba andando por la calle, mirando a todas las personas que podía, imaginándose sus vidas, a través de sus ojos. Veía su infierno, sus desdichas, sus penas, su futuro.
Ella tenía el poder de ver el futuro, todos los futuros posibles, había muchos, muchísimos para cada una de las personas. 
Ella, a su vez, tenía otros tantos, pero todos acababan de la misma manera, en todas acababa muerta.

Unas veces, se apuntaba con la pistola, un revólver, 6 balas, una cabeza. Todo encajaba, tal vez, hasta le sobrarían balas, si tenía puntería, la primera le atravesaría las sienes. !Qué coño! No hace falta puntería, distancia corta, a quemarropa, un PUM y todo acabaría, todo.

Otras, la última escena ocurría en un baño, una cuerda, una barra de ducha, un cuello. De nuevo todo encajaba. Se dejaría caer del bordillo de la bañera. No volvería a ver a ninguna otra persona, no volvería a ver ningún otro futuro, ningún otro futuro feliz, o triste, según se mire, según quien lo mire.

También podría rajarse, una cuchilla, un brazo, otro brazo. Otra vez volvía a encajar todo. Se rajaría (Recuerda, no lo hagas en horizontal, mejor en canal, es más rápido) y llenaría de sangre el suelo.

Podría suicidarse. Un objeto mortal (o si no lo era, ella lo convertiría) y un cuerpo vacío, sin alma, con desdichas flotando en la oscuridad, con todo un infierno quemándolo...

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